Conocí al más top de mis amigos en uno de los lugares más trashy del planeta: un call center. Cualquiera que nos viera por la calle, vería la diferencia al instante. Ni hablar si se pone a conversar o comparar los pequeños detalles entre nosotros. Somos diferentes.
Por empezar, él vive en uno de esos barrios pasando la general paz, pero en Zona Norte. O sea, del "lado bueno", como quien diría, ese lado que no te da miedo cruzar. Su familia y amigos son de la misma zona. Es deportista: corre, juega al basket, y al tenis, ocasionalmente. Estudia mucho, saca buenas notas (a pesar de que se queja constantemente porque cree que le va a ir mal), y es exitoso en casi todo lo que se propone. Siempre va bien vestido, peinado y perfumado a donde sea que vaya. Se va de vacaciones a Europa. Tiene clase, pero no lo sabe completamente.
Es, a su vez, uno de esos amigos que no veo tan seguido. Nuestros encuentros son breves para lo que es normal: nunca exceden las dos horas, ya sea porque nos juntamos a cenar, o a compartir unas cervezas o tragos en compañía de alguna otra posible persona. Nos mantenemos en contacto por Messenger o mensaje de texto, donde nos contamos rapidamente las últimas novedades, hasta nuestro próximo encuentro.
Como con la mayoría de mis amigos, costó hacer el "click" inicial. Eramos compañeros de trabajo, pero no hablabamos demasiado más que de eso. Las circunstancias que fueron cambiando con el tiempo hicieron que yo sienta resentimiento por él. Era estúpido. Eran celos que marcaban un territorio innecesario. Una vez que pasó esa primera etapa, el "click" fue casi inmediato.
Porque sí, como mencioné antes, somos diferentes. Pero también somos muy similares, muy en el fondo. Porque somos los dos orgullosos: nunca en la vida ninguna va a aceptar que el otro le pague o regale algo, porque odiamos eso (nos encanta ser los que pagamos). Porque pretendemos ser serios y hostiles, pero somos graciosos y amigables debajo de ese frío exterior. Porque nunca lo vamos a admitir, pero nos importa lo que le pasa al otro. Y sabemos hasta donde debemos preguntar para no poner al otro incómodo. Nos entendemos.
Y de esto me di cuenta esta noche, mientras me despedía de él con un abrazo: a pesar de las pequeñas diferencias y similaridades, somos amigos. Y yo, personalmente, no quiero que eso termine. Ever.
Monday, July 21, 2008
Mi amigo top
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1 comment:
Quién es? Ahora muero por saber.
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