Saliendo del Village Recoleta, al menos por la noche, siempre hay una cantidad importante de niños tratando de ganarse el pan (o de evitar el chirlo de la madre) vendiéndo rosas. Ninguno dice nada muy fenomenal ni impresionante. Su speech siempre tiene 2 o 3 preguntas, dependiendo de si llevás algo de comer o tomar en la mano. El hecho de que hagan la siguiente pregunta depende de tu respuesta en la anterior. Cambian solamente si esta es negativa:
- Me comprás una rosa para la dama?
- Me comprás algo en el kiosco?
- Me lo regalás? (señalando a lo que sea que lleves en la mano)
Si tu respuesta es negativa para las tres preguntas, recurren a jugarretas sucias como hacerse los que lloran, abrir y cerrar los ojos para darte lástima, contarte de su casa, su familia y sus falencias monetarias, o seguirte por media cuadra hablandote de lo mismo, y discutiéndote como a su edad (10 años, máximo) ya toman café y que no les va a hacer mal que le regales la bebida con cafeína en tu mano. Sólo el más descorazonado podría decirles que no.
Pero hay uno de estos chicos que anoche fue más allá de la rutina que practican los demás. Hay uno que tiene el poder para negociar la simple compra de una rosa, sin necesidad de recurrir a las demás preguntas. Y él, en cuanto me vio salir del complejo con mi amiga Clara, se acercó inmediatamente y me dijo:
- Te puedo hacer una pregunta, vos que tenés cara de bueno?
- Eeh... bueno - le respondo.
- Hagamos un trato: yo les digo unos poemas que aprendí en la escuela a vos y a ella, y a cambio, vos me comprás una rosa para ella.
- Y a cuánto está cada rosa?
- 3 pesos. Si me comprás me hacés un re favor porque... - se acerca y me dice al oído - tengo que vender todas estas y estoy laburando desde anoche.
- Bueno, mejor hagamos así: no nos cuentes ningún poema, y yo te compro.
- Todas? - dice con cara de ilusionado y sorprendido.
- No, no, te compro una sola - le digo, sacando la billetera.
- Bueno... y una propinita?
- Dale - le digo, entregándole 4 pesos.
- Un peso?! - me dice, aparentemte contento.
- Sísí.
- Cuando seas grande vas a tener una empresa - acota Clara.
- Vos tenés una empresa? - le pregunta el chico, nuevamente sorprendido.
- No, cuando seas grande, vos vas a tener una empresa, porque sabés negociar.
- Ah - se va, sin decir otra palabra.
Clari se quedo con la rosa, obvio. Y después la agarre del brazo para que parezca que somos una pareja de verdad, y el chico no se desilucione enterándose que no había contribuido para nada al romance. Pero sí al de los negocios. Algún día, quizás irá por más.
Friday, July 11, 2008
Futuros empresarios
Posted by sebastian at 8:32 PM
Labels: OUT AND ABOUT
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
Lo único que te voy a decir con respecto a esta salidita es:
NO COMMENTS!!!!!!!!!!!!!!
jaja fue re chan XD noc, no se me courre otra cosa... capaz con lo q le dijeron le hicieron mover la neuronas... ojala
y con respecto a tu entrada anterior, ma causo muchop lo de gorditos XD ojala yo tuviera la actitud q tenes vos y no estar siempre a la defensiva. besos!
Post a Comment