Lugares nuevos: Cumaná

El viernes, luego de un arduo día de trabajo, me junté con unas amigas a tomar algo en un lugar llamado Cumaná, en Santa Fé al 1100.
De afuera parece lindísimo, en serio. La fila de gente esperando indica que debe ser bastante popular. De adentro, parece que entraste a una granja. Hay como decoración, miles de cosas que indican que el ambiente apunta a que te sientas bien en el campo. Falta alguien ordeñando una vaca, nada más. Muy gauchesco.
Ahora bien:

- la gente adentro tiene muy mal gusto en vestimenta.
- el teléfono suena y suena, pero NADIE lo atiende.
- la gente se te queda mirando por tener un cierto nivel de sofisticación (en mi caso, es casi nulo, pero les juro que en cuánto entré a la habitación, todo el mundo se dio vuelta)
- tenés que llamar a la moza como 5 veces para que te atienda.
- Pensar originalmente no es una opción: sólo podés pedir lo que hay en la carta. Si no está ahí, no intentes.
- NO HAY CAPUCCINO. El siguiente diálogo se desarrolló en cuánto noté esto en la carta:

Yo: "Capuccino, no tenés ni en pedo, no?"
Moza: "No, capuccino ni en pedo"

- Opté por un simple café... lo que no me esperaba es que te lo sirvan EN UN VASO. Más chabacano no, no? (me dijeron que ésto de tomar café en vaso es costumbre campestre, la taza se usa nada más que para la leche... wtf?)
- Tratando de acostumbrarme a la vista decorativa, me di cuenta del mueble torcido que había al lado mío. Cuando la moza lo abrió, adentró había 2 cajones. Los 2 torcidos, y uno de ellos pegado con CINTA SCOTCH. Chicos, todo lindo con el ambiente, pero no pasemos a la villa tampoco.
- Disculpame, no ví el cuerno de vaca a dónde podía colgar mi saco para que no lo pises, moza inútil.

Qué suerte que no tomo mate. Andá a saber quién chupa las bombillas.

En resumen: fui la persona más feliz en el momento en el que salí de ese lugar y me uní a la civilización nuevamente.

Puntaje: 2/10 (sólo porque el café no tenía gusto a agua de pozo).