Recién vuelvo de ver la tan esperada (no realmente por mi, pero sabemos que practicamente toda mujer viva en este planeta ansiaba con este día) y recién estrenada película de Sex and the City.
En sí, no tengo ganas de hacer un review importante de la película, ya que el 80% de mis lectores (y todos sabemos que son 5 como mucho) vió la serie, y no quiero cagarle la emoción a nadie. Por ahora, sólo voy a decir que es sorpresivamente buena, ya que no esperaba que me gustara, después de la desilución que me llevé con algunos personajes una vez finalizada la serie. En cuanto a estos mismos, confirmé que sigo odiando al personaje de Miranda, por ser la típica yanki frustrada con la vida y que me recuerda a tantos clientes que atendí trabajando en call centers; Charlotte me cae mejor sorpresivamente, a pesar de sus sueños de esposa y madre que perdurarán hasta el fin de los días; Samantha, decepciona; y Carrie, la misma boluda de siempre. Ah, y se ve que no consiguieron al actor que hacía de Marcus (el novio de Stan), y pasan cosas bizarrísimas en consecuencia. Pero basta, o les termino contando el final (no, no es predecible, para nada).
Lo que sí me sorprendió fue el público de la película. Era obvio que lo que principalmente uno iba a ver eran mujeres, ya que es una serie creada para ellas, quienes, bajo la ilusión de que las cuatro protagonistas son mujeres independientes y que jamás necesitarán un hombre, admiraban la serie irremediablemente. Y esto se puede verificar con simplemente ver el vestuario que utilizan. ¿En qué piensan todas estas mujeres (BTW, todas single and over-thirty, talk about stereotype) cuando se ponen esas combinaciones bizarras que se ven en la serie? ¿Qué pasa por sus cabecitas cada vez que elijen ponerse prendas que de lejos parecen tener el mejor de los estilos, y de cerca, sabés que lo compraron en el boliyopin más cercano? ¿Acaso realmente piensan que están usando accesorios y telas de Prada, Ralph Lauren y Louis Vuitton? Había un alma desgraciada que tenía puesto un collar rojo brillante que parecía una de esas cadenas para bicicletas, combinado con unos pantalones de glitter rojo... GLITTER! Quién les hizo creer que cualquier cosa con glitter iba a hacerlas ver bien? Pobres santas! Hasta las combinaciones horriblemente coloridas que usa Sarah Jessica Parker elijen! Chicas, ella no necesita que la imiten, no ven que es todo una táctica para llamar más la atención de lo que ya lo hace? Digo, who in their right mind se pone un vestido con una flor tan horrible como el primero en la que vemos a la actriz? A ella habría que decirle que su cara de caballo basta para retener miradas, la ropa es innecesaria!
La segunda porción del público estaba cubierto por el fans club de gays de la serie. Había toda una fila llena de maricas aplaudiendo, riendo y esperando ansiosamente el comienzo del film. En ocasiones, se veía a alguno que fue con su mejor amiga, como el pibe que estaba sentado al lado mío, y yo, por supuesto.
Y, por último, lo que no podía faltar, la peor especie: el hombre hetero. Ese que fue con su novia, esposa, o la que se quiere garchar, y se aguanta la película con ese único fin: garchar. A estos son los que más compadezco, porque seguro fueron arrastrados por alguna pobre estúpida sin amigas, se sabe la serie de memoria, y no le da ni pelota cuando aparecen las protagonistas en la pantalla. Una alternativa sería un novio o marido que le hace una escena para salir con ella, pero dudo que algún concubino haga escándalo por ver esta película.
Muy variado todo. Pero yo, la pasé muy bien. Me gustó la peli y, como dije, me sorprendió. La recomiendo, pero solo para los que vieron la serie entera y la disfrutaron. Sino, van al pedo, ya que no es muy diferente.
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